Ñuñoa no solo se recorre: se lee en sus muros, se escucha en sus campanarios, se intuye en la nobleza de sus plazas y se revela en los detalles de sus calles más tradicionales. A lo largo del siglo XX —y también mucho antes— este territorio ha sido testigo de procesos clave en la historia urbana de Santiago: expansiones residenciales, migraciones, innovación educativa, fe y ciudadanía.
En esta guía, te invitamos a descubrir una Ñuñoa profunda, menos evidente pero deslumbrante. Desde la elegancia sevillana del Palacio García hasta la modernidad comunitaria de la Quinta Hamburgo; desde la espiritualidad de la Mezquita As-Salam y las iglesias ortodoxas hasta el simbolismo cívico del Edificio Consistorial. Cada edificio habla. Y cada parada en este recorrido es una invitación a mirar con nuevos ojos el patrimonio que habita entre nosotros.
Ya sea caminando, pedaleando o simplemente contemplando desde la vereda, estos espacios te contarán historias de visión, esfuerzo y pertenencia. Porque en Ñuñoa, el pasado no es un recuerdo distante: es el cimiento de una comunidad que se construye todos los días.
Casona Torres: de mansión familiar a corazón del Liceo Experimental Manuel de Salas
En 1924, el prestigioso arquitecto Josué Smith Solar —autor del Club Hípico y del ex Hotel Carrera— levantó sobre la avenida Irarrázaval una residencia de aires Tudor que parecía sacada de un cuento inglés. El encargo vino de Pedro Torres Ibieta, influyente hombre de negocios porteño y gestor del histórico Teatro Central. Smith Solar concibió una obra de más de mil m² en hormigón armado: muros de albañilería a la vista y estuco, ventanas con panelería vidriada, techos a dos aguas con vigas a la vista, altas chimeneas y un torreón que domina el entorno. Alrededor, un parque con espejos de agua, parrones, piscina y dependencias de servicio completaba la escena de distinción.
Con el tiempo, los herederos de Torres enfrentaron dificultades financieras y comenzaron a lotear la propiedad (1947). Ese mismo año, el Liceo Experimental Manuel de Salas —buscando ampliar sus dependencias— adquirió un predio contiguo; al año siguiente, su directora Florencia Barrios Tirado logró comprar la casona y el parque completo.
La inauguración de las nuevas instalaciones (1948) reunió a altas autoridades: el presidente Gabriel González Videla y el rector de la Universidad de Chile, Juvenal Hernández.
Hoy, la Casona Torres sigue siendo parte vital del liceo: pasillos de madera crujiente, vitrales color ámbar y chimeneas centenarias conviven con la energía de cientos de estudiantes, recordándonos que la educación también se construye sobre cimientos patrimoniales.
¿Cómo llegar?
-
Dirección: Av. Irarrázaval 3780, esquina Brown Norte, Ñuñoa.
-
Metro cercano: Chile España (Línea 3); caminata de 8–10 minutos rumbo poniente por Irarrázaval.
-
Transporte público: Buses red que circulan por Av. Irarrázaval y Brown Norte.
-
En bicicleta: ciclovía de Irarrázaval con bicicleteros frente al liceo.
Visita exterior recomendada. El ingreso a la casona depende de actividades culturales o educativas programadas por el liceo.
Instituto chileno-británico: una joya arquitectónica de barrio y memoria urbana
En la esquina de Campos de Deportes con Dublé Almeyda, se alza desde 1933 una casa que conserva con elegancia el espíritu de una Ñuñoa en transformación. Fue diseñada por el arquitecto Leonello Bottacci, de origen italiano, quien se formó en Chile y trabajó junto al reconocido urbanista francés Émile Doyère en la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas.
Esta vivienda, construida tras el loteo de los terrenos heredados del filántropo José Domingo Cañas, fue pensada como residencia familiar y es un fiel exponente del estilo Art Decó. Su fachada despliega molduras geométricas, relieves ornamentales y una cuidadosa composición de materiales: maderas nobles en pisos y zócalos, vitrales de colores en el primer piso, y un arco de acceso que recibe al visitante con la elegancia de otra época.
El diseño se inspira en la ciudad jardín, modelo urbano que dio origen al Barrio Suárez Mujica, caracterizado por casas aisladas, rodeadas de áreas verdes y habitadas en sus inicios por una clase media profesional en ascenso.
Hoy, esta residencia alberga al Instituto Chileno Británico de Cultura, conservando su valor arquitectónico y simbólico como parte de la historia urbana de Ñuñoa. Está protegida oficialmente como Inmueble de Conservación Histórica, gracias a la Modificación Nº18 del Plan Regulador Comunal.
¿Cómo llegar?
-
Dirección: Intersección de Campos de Deportes con Dublé Almeyda, Ñuñoa.
-
Metro cercano: Estadio Nacional (Línea 6), a solo 5 minutos caminando.
-
Acceso en bicicleta: ciclovía sobre Campos de Deportes.
-
Locomoción colectiva: buses que circulan por Av. Grecia, Pedro de Valdivia y Av. Irarrázaval.
Puedes admirar su arquitectura desde el exterior o consultar por actividades abiertas al público organizadas por el Instituto Chileno Británico.
Quinta Hamburgo: arquitectura comunitaria en el corazón de Ñuñoa
En una tranquila calle de Ñuñoa se encuentra la Quinta Hamburgo, un conjunto habitacional que refleja una manera distinta de pensar la ciudad y la vida en comunidad. Diseñada en 1979 por el destacado arquitecto Fernando Castillo Velasco, junto a Pedro Labbé y Francisco Lira, este proyecto es una de las expresiones más concretas de lo que su autor llamó arquitectura comunitaria.
Castillo Velasco —quien fue alcalde de La Reina y una figura clave en la historia urbana de Santiago— impulsó una nueva forma de hacer arquitectura: con y para las personas. La Quinta Hamburgo no fue solo un diseño; fue una visión. Un espacio donde el habitar colectivo se expresara en pasillos compartidos, patios interiores, jardines, pasarelas y zonas comunes pensadas para la convivencia, la ayuda mutua y el encuentro cotidiano.
Con un lenguaje arquitectónico moderno y austero, líneas ortogonales y materiales a la vista, el conjunto ofrece nueve tipos distintos de vivienda, integradas en armonía con senderos adoquinados, maicillo, jardineras y árboles. Cada rincón está pensado para convivir, no solo para residir.
La Quinta Hamburgo es parte fundamental del legado de Castillo Velasco, quien soñó con ciudades más humanas, más solidarias y más verdes. Hoy, este conjunto se alza como testimonio tangible de esa utopía urbana que, en Ñuñoa, se hizo realidad.
Palacio García: elegancia sevillana en el corazón de Ñuñoa
En la esquina de calle Ortúzar, entre jardines y detalles ornamentales, se alza una de las construcciones más imponentes y encantadoras de Ñuñoa: el Palacio García, una residencia de estilo sevillano que parece haber sido arrancada del sur de España y traída, piedra a piedra, al corazón de la comuna.
Su historia comienza entre 1925 y 1931, cuando Joaquín García Carro, destacado comerciante español y propietario, junto a su hermano Severino, de la reconocida tienda “Los Gobelinos”, encarga su construcción a los arquitectos Rigoberto Correa y Esteban Barbieri. Siguiendo los lineamientos del “estilo sevillano” —popularizado en la arquitectura española por Juan Talabera Heredia—, dan forma a una residencia de prestancia única, marcada por sus balcones con arcos, rejas ornamentadas, jardines interiores y detalles de inspiración mudéjar.
En 1966, don Joaquín García vendió la propiedad a la Municipalidad de Ñuñoa, y el entonces alcalde Jorge Monckeberg Barros la destinó a ceremonias oficiales y actos solemnes. Desde 1988, el palacio acoge a la Corporación Cultural de Ñuñoa, institución que se ha convertido en el epicentro de la vida artística y creativa de la comuna, albergando exposiciones, conciertos, talleres y encuentros ciudadanos.
Recorrer sus pasillos es adentrarse en casi un siglo de historia: desde el esplendor de una familia comerciante, hasta el presente vibrante de una comunidad que sigue haciendo de la cultura su patrimonio vivo.
¿Cómo llegar?
El Palacio García se encuentra en Ortúzar 1766, Ñuñoa.
Puedes llegar fácilmente en transporte público desde Metro Plaza Egaña (Línea 3 o 4) o desde Metro Villa Frei (Línea 3). También es accesible en bicicleta por ciclovías cercanas y cuenta con locomoción colectiva por Av. Irarrázaval. La entrada principal está en la esquina de Ortúzar con Av. Irarrázaval, a pasos de Plaza Ñuñoa.
Mezquita As-Salam: el primer templo musulmán de Chile, levantado en nombre de la paz
En la intersección de Campoamor con avenida Chile-España, se levanta una de las construcciones más singulares de Ñuñoa y, al mismo tiempo, una de las más significativas para la historia de la diversidad religiosa y cultural en Chile: la Mezquita As-Salam, cuyo nombre significa “La Paz”, uno de los 99 nombres de Alá mencionados en el Corán.
Este templo —el primero de la fe musulmana en Chile— comenzó a construirse en 1988 por iniciativa de Taufiq Rumie, inmigrante sirio que había sido parte de la Sociedad de Unión Musulmana en Santiago desde los años 30. La obra fue diseñada por el arquitecto William Tapia Chuaqui y financiada por la Liga Mundial Islámica y donaciones privadas. Fue inaugurada en 1995 con la presencia del Príncipe de Malasia.
A diferencia de la mayoría de las mezquitas, As-Salam tiene planta octogonal, inspirada en la mezquita de Qubbat al-Sakhrah en Jerusalén, lo que permite una orientación precisa hacia La Meca, dirección sagrada para los musulmanes. Esta forma arquitectónica, sumada a su cúpula de cobre, su alto minarete rematado por la luna islámica, y sus detalles interiores, la convierten en una joya religiosa y arquitectónica única en el país.
En su interior, destacan el ḥaram o salón principal de oración —alfombrado en verde y sin representaciones visuales, como lo indica la tradición islámica—, el mihrab, que indica la dirección de la oración, y el mimbar, desde donde el imán pronuncia sus sermones. Las inscripciones en árabe de versos del Corán decoran discretamente los muros blancos.
Más allá de su función como lugar de culto, la Mezquita As-Salam se ha transformado en un verdadero ícono de la pluralidad y la integración cultural de Ñuñoa, reflejando la convivencia armónica entre religiones, comunidades y orígenes diversos. Un espacio que invita al respeto, la curiosidad y el diálogo.
¿Cómo llegar?
La Mezquita As-Salam está ubicada en Campoamor 2971, esquina Chile-España, Ñuñoa.
Puedes llegar fácilmente caminando desde Metro Chile-España (Línea 3) o en bicicleta por la ciclovía de avenida Chile-España.
Diversas líneas de buses también conectan con el sector desde Av. Irarrázaval o Av. Grecia.
El templo está abierto a visitas guiadas con previa coordinación. Se recomienda asistir con vestimenta respetuosa y consultar horarios directamente con la comunidad islámica.
Palacio Ortúzar
En la esquina de Ortúzar con Avenida Irarrázaval se alza una imponente construcción de estilo Tudor, distinguida por sus arcos ojivales, torreones, escudos heráldicos y pilares robustos que evocan la arquitectura señorial del norte de Europa. Se trata del Palacio Ortúzar, una de las residencias más emblemáticas del Ñuñoa del siglo XX.
Su construcción comenzó en 1929, durante el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, por encargo de Eugenio Ortúzar Rojas, abogado y presidente del Consejo de Defensa del Estado de la época. Pensado como hogar para su familia, el proyecto fue confiado a los arquitectos Rigoberto Correa y Esteban Barbieri, y se extendió durante una década.
El resultado fue una residencia majestuosa, con una cuidada composición arquitectónica que combina elementos medievales y renacentistas: tejados inclinados, ventanales profundos, detalles en piedra y un entorno que da cuenta del esplendor residencial que alguna vez caracterizó a esta zona de Ñuñoa.
Hoy, el palacio alberga las oficinas de la Dirección de Historia, Doctrina y Educación de Carabineros de Chile, y aunque no está abierto al público, su estructura se puede admirar desde el exterior como testimonio de una época y de un estilo poco común en el paisaje urbano de Santiago.
¿Cómo llegar?
El Palacio Ortúzar se encuentra en Ortúzar 1401, Ñuñoa, a pasos de Av. Irarrázaval. Puedes llegar caminando desde las estaciones Metro Plaza Egaña o Villa Frei (Línea 3). También hay acceso por ciclovías y transporte público que circula por Irarrázaval.
Aunque actualmente no se realizan visitas al interior del edificio, su arquitectura puede ser apreciada desde la vía pública.
Edificio Consistorial de Ñuñoa
Frente a la tradicional Plaza Ñuñoa, se levanta uno de los edificios más representativos de la comuna: el Edificio Consistorial, sede de la administración municipal y símbolo del desarrollo urbano de Ñuñoa desde mediados del siglo XX.
Aunque la Municipalidad de Ñuñoa fue creada en 1891 con la promulgación de la Ley de Comuna Autónoma, no fue hasta 1945 que se construyó su sede definitiva. Antes de eso, la alcaldía funcionó en distintos recintos, incluyendo una antigua escuela pública en el mismo barrio.
Fue el alcalde Juan Moya Morales quien, en 1942, adquirió un terreno clave frente a la plaza, propiedad de la familia Walker Larraín. Años más tarde, el también arquitecto y alcalde Eduardo Castillo Velasco encargó a los arquitectos Gabriel Ovalle y José Renard el diseño del nuevo edificio municipal. Su visión no solo contemplaba el inmueble, sino también una plaza frente a él, integrando armónicamente el conjunto urbano que hoy conocemos.
El resultado fue un edificio de cuatro pisos, sobrio y elegante, con una gran escala de acceso y dos columnas jónicas que enmarcan la entrada principal. En su amplio hall de ingreso destaca una escultura femenina de estilo romántico, que aporta un aire simbólico al espacio.
Hoy, el edificio alberga las principales oficinas municipales y es también punto de encuentro ciudadano. Junto con la plaza que lo rodea, forma parte del corazón cívico, cultural y patrimonial de Ñuñoa.
¿Cómo llegar?
El Edificio Consistorial se ubica en Avenida Irarrázaval 3550, Ñuñoa. Está justo frente a la Plaza Ñuñoa, entre las calles Jorge Washington y Manuel de Salas. Puedes llegar caminando desde las estaciones de Metro Chile España o Villa Frei (Línea 3), o utilizar locomoción colectiva por Avenida Irarrázaval. También cuenta con acceso cercano a ciclovías y zonas de estacionamiento en el entorno de la plaza.
Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad y Santísima Virgen de Kazán
Un rincón de espiritualidad y arquitectura eslava en Ñuñoa
Entre cúpulas bizantinas, cruces ortodoxas y oraciones en eslavónico, la Iglesia Ortodoxa Rusa de Ñuñoa se alza como un testimonio de fe, historia e integración cultural. Su arquitectura inconfundible, ubicada en la esquina de Av. Chile-España con Campoamor, transporta al visitante al corazón de la tradición espiritual rusa, en plena comuna de Ñuñoa.
El origen de esta comunidad religiosa en Chile se remonta a la diáspora rusa posterior a la Revolución de 1917. A lo largo del siglo XX, con el arribo de inmigrantes y el esfuerzo de sus feligreses, se consolidaron diversos espacios de culto que, finalmente, convergieron en esta iglesia, construida entre 1976 y 1980.
El diseño, a cargo del arquitecto Georgy Schroeter y el ingeniero Roman Epplé, se inspira en la arquitectura religiosa de la región rusa de Pskov (siglos XII al XVI), con sus cúpulas bulbosas, arcos de medio punto y un distintivo campanario con ocho campanas.
En su interior, el templo alberga un impresionante iconostasio —el muro de íconos que separa el altar del resto de la iglesia— decorado con imágenes sagradas como la Virgen de Vladimir y el Cristo Pantocrátor, pintadas por artistas como Sergio Baikalov y Vadim Feodorov, junto a íconos provenientes de las antiguas iglesias de Santiago. También destacan placas conmemorativas al Zar Nicolás II de Rusia y al Rey Alejandro I de Yugoslavia, así como una dedicada a los soldados del Ejército Blanco caídos en la guerra civil rusa.
Además de su valor arquitectónico y artístico, la iglesia se ha convertido en un símbolo de la diversidad religiosa y cultural de Ñuñoa, ofreciendo un espacio de espiritualidad y comunidad para ortodoxos rusos, chilenos conversos y visitantes curiosos por conocer otras tradiciones.
¿Cómo llegar?
La iglesia se encuentra en Av. Chile-España con Campoamor, Ñuñoa. Puedes llegar fácilmente caminando desde Metro Villa Frei (Línea 3) o utilizando buses por Av. Irarrázaval o Av. Grecia.
La zona cuenta con ciclovías y un ambiente residencial tranquilo, ideal para una visita cultural y espiritual.
La iglesia es parte de la Diócesis de Sudamérica de la Iglesia Rusa en el Extranjero (ROCOR), en comunión con el Patriarcado de Moscú. Se recomienda revisar horarios de liturgia o visitas antes de asistir.
Iglesia Ortodoxa Griega
Una joya bizantina frente al Estadio Nacional
Frente al Estadio Nacional, en plena Avenida Grecia, se levanta una iglesia que conecta Ñuñoa con las raíces espirituales del Mediterráneo oriental. Se trata de la Iglesia Ortodoxa Griega Santos Constantino y Elena, primer templo de esta confesión en Chile y punto de encuentro de la comunidad helénica en Santiago.
El impulso para su construcción nació en 1957, cuando la Comunidad Helénica de Santiago y de provincias adquirió el terreno con el objetivo de levantar un lugar de culto. La primera piedra fue colocada en 1966 por el entonces arzobispo Makarios III, presidente de la República de Chipre, en el marco de su visita oficial a Chile.
El diseño arquitectónico estuvo a cargo de Fernando Román Valenzuela, quien proyectó el templo siguiendo el modelo clásico de la cruz griega, con una cúpula central elevada sobre una pechina, fiel al estilo bizantino. Muros de hormigón, vitrales coloridos, mosaicos y una elegante mampostería griega dan vida a este singular templo que descansa sobre un podio, imponiéndose en el paisaje ñuñoíno.
En su interior, el iconostasis (retablo ortodoxo) alberga los íconos de Cristo Pantocrátor, Theotokos (la Virgen María) y los Santos Constantino y Elena, a quienes está dedicada la iglesia. El altar está orientado simbólicamente hacia Constantinopla (actual Estambul), antiguo centro del cristianismo ortodoxo.
Durante más de tres décadas, el Padre Jorge Luis Galindo fue el párroco de esta iglesia, impulsando la apertura de la comunidad a través de diversas iniciativas sociales, como la fundación de la Corporación San Nectario (1989), dedicada a la atención de niños y niñas con autismo y disfasia, reconocida como institución asociada al Arzobispado Griego de Sudamérica.
Más allá de su función religiosa, la iglesia se ha convertido en un símbolo de la diversidad cultural de Ñuñoa, preservando una fe milenaria y acercando la espiritualidad ortodoxa a toda la comunidad.
¿Cómo llegar?
La iglesia está ubicada en Avenida Grecia 3859, Ñuñoa, justo frente al Estadio Nacional. Puedes llegar caminando desde Metro Estadio Nacional (Línea 6) o tomando buses por Av. Grecia. La zona cuenta con ciclovías, espacios verdes y una rica oferta cultural que hace de esta visita una experiencia única.
Revisa sus horarios de liturgia y visitas en sus redes sociales o directamente en el lugar.
Instituto de Salud Pública: Ciencia, historia y salud en el corazón de Ñuñoa
En plena calle Marathon, Ñuñoa alberga uno de los hitos más importantes de la historia sanitaria del país: el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP). Con más de un siglo de trayectoria, este centro ha sido clave en la prevención de enfermedades, el desarrollo de vacunas y la modernización del sistema sanitario nacional.
Su origen se remonta al Instituto de Higiene, fundado en 1892, y luego al Instituto Bacteriológico de Chile, inaugurado en 1929. En sus primeros años, fue pionero en Latinoamérica en la producción de vacunas, sueros y medicamentos, siguiendo el ejemplo del Instituto Pasteur de París. Desde esta institución surgieron iniciativas como la vacunación obligatoria, la producción de penicilina nacional y la investigación del hantavirus, además de programas de control de calidad para productos farmacéuticos.
Entre sus curiosidades históricas, destacan:
-
La elaboración de aceite de hígado de pescado para combatir el raquitismo infantil.
-
Su flota pesquera propia, incluido el barco “Arauco”.
-
La fabricación de lentes ópticos para trabajadores del Seguro Obrero.
-
La producción de las primeras vacunas antirrábicas y antidiftéricas en Chile.
-
El desarrollo, en 1944, de una de las primeras plantas de penicilina del mundo.
Actualmente, el ISP es un referente internacional en salud pública y continúa operando en su histórico edificio de Marathon 1000, con modernos laboratorios certificados por la Organización Panamericana de la Salud.
¿Cómo llegar?
El Instituto se encuentra en Marathon 1000, Ñuñoa, a pasos de Avenida Grecia.
Accesible desde la estación Metro Estadio Nacional (Línea 6), cuenta con cercanía a ciclovías y paraderos de transporte público.
Una parada imperdible para quienes buscan conocer más sobre la ciencia, la salud y la historia de Chile.